Epilepsia: ¿Qué puede provocar una convulsión?

La función normal del cerebro exige una descarga de impulsos eléctricos coordinados con el fin de comunicarse con la médula espinal, nervios y músculos del cuerpo. Cuando dicha actividad eléctrica se ve alterada, se produce un trastorno convulsivo. Este “ataque” hace que la persona se desplome y viva episodios de conmoción o alguna otra anomalía temporal en el funcionamiento de su cerebro, como puede ser la pérdida de la conciencia, cambios en la conducta, pérdida del control de sus movimientos o, hasta, modificación de sus sentimientos. Así que, si ha llegado a experimentar dos o más convulsiones, o estas son recurrentes, deberá acudir a un especialista para que determine el tratamiento para la epilepsia ideal para su caso.

 

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Ahora bien, según estudios, se han determinado 2 tipos de convulsiones dependiendo su intensidad y la zona del cerebro donde se presentan, pues estas tienden a durar entre 30 y 120 segundos. Así que cuando se sufra una convulsión que supere los 5 minutos, deberá considerar el episodio como una emergencia médica que requiere algo más allá de un tratamiento para la epilepsia.

 

Los dos tipos de convulsiones son:

 

Epilépticas:

Al parecer no tienen una causa determinante, así que ocurren de manera repentina. Son conocidas como epilepsia o crisis epilépticas.

No epilépticas:

Se producen a partir de una enfermedad o traumatismo que ha irritado el cerebro. Cuando se presenta en niños, suele ser a raíz de episodios de fiebre, que produce una crisis denominada convulsión febril.

 

¿Qué puede provocar una convulsión?

 

Este trastorno puede ligarse a traumatismos cerrados en la cabeza, infecciones en el cerebro (como la meningitis), puede presentarse tras un accidente cerebrovascular, un tumor o por alguna otra enfermedad, incluso, tras la interrupción repentina del consumo de alcohol (abstinencia). Sin embargo, aún no ha sido posible determinar una causa precisa que provoque las convulsiones en adultos.

 

En la mayoría de las ocasiones, los médicos se enfocan en los síntomas de cada crisis, junto con encefalogramas y análisis de sangre, que pueden especificar la zona del cerebro que sufrió el ataque, para así proceder con la selección de un tratamiento para la epilepsia efectivo.

 

En niños menores de 2 años, se han establecido algunas causas que provocan las convulsiones como fiebre, altos niveles de glucosa en la sangre, altos niveles de calcio, de vitamina B6, magnesio o sodio; pero, en cuanto pasa la fiebre las convulsiones se detienen. Si estas concurren, puede ser a causa de una lesión al momento del parto, por un defecto congénito, alguna alteración metabólica o un trastorno cerebral hereditario.

 

A la hora de buscar un tratamiento para la epilepsia, debe tener en cuenta que identificar los síntomas ayudará al especialista a determinar el tratamiento indicado.

 

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Evitar lesiones que irriten al cerebro o modifiquen los niveles de oxigeno en sangre, ayudará a disminuir la probabilidad de que estas se presenten. Además, quienes sufren de un trastorno convulsivo tienen una mayor probabilidad de tener una crisis, al someterse a estrés físico y emocional, o tras episodios de falta de sueño, intoxicaciones o de abstinencia de alcohol.

 

Si desea más información sobre el tratamiento para la epilepsia, contáctenos para ayudarle a tener una mejor calidad de vida.

Causas de la parálisis facial

La Parálisis facial o Parálisis de Bell es un trastorno temporal que se presenta en el nervio facial (séptimo par craneal), encargado de controlar el movimiento de los músculos del rostro. El daño de dicho nervio proporciona debilidad y/o parálisis de los músculos, haciendo que el rostro, o parte de él, quede completamente inmovilizado.

Dicho nervio, séptimo par craneal, es encargado de controlar movimientos básicos como parpadear, fruncir el ceño o sonreír, incluso, envía impulsos hacia las glándulas lacrimales y salivares, y manda las sensaciones del gusto desde la lengua hacia el cerebro. Así que cuando se produce la parálisis facial, es porque los mensajes enviados al cerebro, a través del nervio facial, se ven interrumpidos.

 

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Al sufrir una parálisis facial, parte del rostro pierde su lozanía y tiende a caerse, haciendo que se dibuje solo media sonrisa y que el ojo, del lado afectado, no cierre por completo. En la mayoría de los casos es una parálisis temporal, donde se logra una recuperación total al cabo de unos días o semanas, sin embargo, hay casos en los que se recupera la movilidad, pero quedan pequeños rezagos o muestras de haber sufrido una parálisis de Bell, de por vida.

Ahora bien, al hablar de las causas ingresamos en un dilema notorio, ya que estas aún no se conocen con exactitud, pues es un trastorno que se puede presentar a cualquier edad, siendo más común en mayores de 65 años y afecta de igual manera a ambos géneros. Aún así, se sabe que la parálisis facial es producida debido a la hinchazón del nervio facial, el cual al verse comprimido produce debilidad en los músculos, pero la causa que produce dicha inflamación es aún una incógnita.

 

Hasta la fecha, se ha justificado la parálisis como consecuencia o secuela de:

 

  • Fracturas del hueso temporal.
  • Heridas faciales profundas.
  • Cirugías para tratar tumores del trono encefálico.
  • Cirugías para tratar tumores de nervios adyacentes al nervio facial.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Tumores que ejercen presión sobre el nervio facial.
  • Enfermedad de Lyme.
  • Sarcoidosis.
  • Infección por virus:
    • Herpes genital y aftas.
    • Varicela
    • Culebrilla
    • Mononucleosis infecciosa.
    • Rubéola.
    • Paperas
    • Resfriado
    • Influenza

 

En el caso de las causas infecciosas, tumorales e idiopáticas, se produce inflamación en algunos ganglios y nervios, ocasionando en este caso, la parálisis facial. Pero cuando se presentan causas traumáticas, el daño del nervio se produce por la ruptura de sus células, interrumpiendo la “comunicación” entre ellas, este caso tiende a producirse secuelas permanentes.

 

Entre los factores de riesgo, podemos mencionar que es más común en:

 

  • Mujeres embarazadas que se encuentran en el tercer trimestre de gestación, o en la semana siguiente al parto.
  • Personas con infección en las vías respiratorias.
  • Diabéticos.

 

Incluso, aunque los ataques de parálisis facial son poco comunes, se han presentado casos en los que se tienen antecedentes familiares y se indica una posible relación genética.

 

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En conclusión, si usted empieza a presentar síntomas como molestias detrás de un oído, siente estiramiento en un lado de la cara, le cuesta cerrar un ojo, se le dificulta comer o beber y presenta babeo o problemas para sonreír, le recomendamos que asista a un especialista de urgencia. Pues una vez que se presenta la parálisis facial, completa o incompleta, puede haber complicaciones irreversibles.

 

Cuide su salud y evite lesiones a largo plazo. Si desea ampliar la información respecto a la parálisis facial, no dude en contactarnos, estaremos gustosos de atenderle.

Tipos de Ansiedad

La ansiedad es un estado emocional normal y común entre la población, incluso todos en algún momento hemos llegado a sentirla, ya que, en la mayoría de los casos, se presenta ante situaciones inesperadas, de miedo, estrés, incertidumbre o tensión. A continuación, le contamos de que se trata y 7 tipos de ansiedad existentes.

 

La ansiedad es una sensación que viene acompañada de sentimientos y pensamientos llenos de temor y sufrimiento ante una situación real o supuesta, que imagina que va a suceder. Esta se presenta en momentos específicos y temporales, pero en algunos casos se convierte en un trastorno que perdura y domina nuestras vidas, en este caso es indispensable buscar ayuda médica para definir un tratamiento para la ansiedad.

 

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Decir “trastorno de ansiedad” significa que sus consecuencias han llegado a afectar el correcto funcionamiento en aspectos de la vida de quien la padece, ya sea en sus relaciones sociales, familiares o laborales. Pues, en este caso se provoca un nivel de angustia e inestabilidad tal que deteriora la cotidianidad de las personas.

 

Cabe mencionar que con un tratamiento para la ansiedad adecuado, quien la padece puede aprender a controlar los síntomas y alcanzar una mejor calidad de vida. Sin embargo, cada persona reacciona de manera diferente, así que se han establecido distintos tipos de ansiedad que explicaremos a continuación:

 

Trastorno de ansiedad generalizada (TAD)

Es una sensación de preocupación constante y difícil de controlar, que no depende de situaciones de estrés, sino que aparece en cualquier momento, incluso, quien la padece puede no saber el motivo ni la causa. Tiende a interferir en el día a día ya que la persona siente siempre que algo malo sucederá.

 

Mutismo selectivo

Es usual en momentos de nerviosismo al momento de interactuar con desconocidos, en esa situación se tiene incapacidad para iniciar conversaciones o responder a ellas. Sin embargo, estas personas pueden comunicarse sin problema, siempre y cuando se encuentren en un entorno familiar.

 

Trastorno de pánico

Un ataque de pánico consiste en un trastorno debilitante, pues produce una sintomatología aguda, donde las personas experimentan sensaciones de muerte o ahogo, causando problemas psicológicos y físicos. Estos suelen durar entre 10 a 30 minutos, varias veces al día provocando agotamiento.

 

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Hay pensamientos ansiosos que interfieren en el comportamiento humano, lo cual, en algunos casos, puede ser positivo. El TOC se caracteriza porque llegan pensamientos intrusivos que llevan a la persona a realizar rituales compulsivos como solución, por ejemplo, lavarse las manos varias veces al día para evitar contagiarse.

 

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

Aparece a raíz de una situación traumática que ha provocado altos niveles de estrés psicológico, la persona revive el momento una y otra vez, experimentando pesadillas, ira, irritabilidad, etc.

 

Agorafobia

Se asocia al miedo de estar en espacio abiertos, produce angustia al sentirse desprotegido e indefenso, quienes sufren de este trastorno tienden a encerrarse en casa como tratamiento para su ansiedad.

 

Ansiedad por separación

Es un complejo más frecuente en niños, y consiste en un fuerte miedo al separarse físicamente de alguien con quien se tiene un vínculo estrecho.

 

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Sufrir de algunos de los trastornos antes mencionados requiere un cuidado especial, pues los eventos crónicos pueden llevar a buscar soluciones drásticas e irreversibles, por este motivo recomendamos que se acuda a un especialista para que establezca un tratamiento para la ansiedad que ayude a mejorar la calidad de vida. Si tiene dudas al respecto, contáctenos para resolver sus inquietudes.

Cinco tipos de dolor de cabeza

El dolor de cabeza es más habitual de lo que parece, incluso ha llegado a ser incapacitante cuando su intensidad y frecuencia afecta las actividades cotidianas.

 

En la mayoría de los casos las personas no pueden identificar qué tipo de dolor de cabeza están sufriendo, ni sus causas; por ello es recomendable que, cuando son dolores fuertes y frecuentes, se tengan presentes los síntomas y las actividades realizadas previamente para definir una posible causa y tratamiento. Tenga en cuenta que, así como hay dolores momentáneos y leves, hay otros que pueden llegar a afectar su rutina y ser resultado de algún tipo de enfermedad o afección.

 

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Hay más de 150 tipos de dolor de cabeza reconocidos, cada uno con causas y síntomas definidos, sin embargo, estos se organizan en 2 categorías específicas: Cefaleas primarias y secundarias. A continuación, se las aclaramos para que, a futuro, pueda descifrar el dolor que padece.

 

Cefaleas Primarias (Dolor de cabeza primario)

 

Son aquellos dolores de cabeza que se presentan sin haber sufrido un trastorno físico. Algunos se producen al ejercer algún esfuerzo, al tener relaciones sexuales o por crioestímulo (contacto con algo frío), sin embargo, otras tienden a ser crónicas y por factores musculares o nerviosos.

 

Cefalea tensional

Es la más común y se presenta a raíz de la tensión muscular en cuello, cara y mandíbula. Es producida por estrés o malas posturas y el dolor se focaliza en ambos costados de la cabeza con sensación de presión constante. Si este dolor de cabeza no se trata a tiempo con ejercicios de relajación, puede volverse crónico y aumentar su intensidad.

 

Cefalea migrañosa

En este caso, el dolor de cabeza se presenta solo a un costado, durante horas o días, con intensidad moderada hasta grave y sensación pulsante. Las causas varían según la persona y en ocasiones vienen acompañadas de síntomas que afectan la visión, que llegan a producir náuseas y hasta hipersensibilidad. Para tratarse es necesario tomar antiinflamatorios, aunque cuando es crónico, se debe contar con tratamientos para la migraña formulados.

 

Cefalea en racimos

Es el tipo de dolor de cabeza menos frecuente, pero es el más intenso de todos. El dolor se concentra alrededor de un ojo, provocando hinchazón y lagrimeo constante. Se presenta por cortos periodos de tiempo (de 15 a 80 minutos), y su nombre deriva de la agrupación de ataques simultáneos.

 

Cefalea tusígena

Se produce por ataques intensos de tos, seguido por náuseas, trastorno del sueño y vértigo.

 

Cefalea hípnica

En este caso el dolor de cabeza se produce durante el sueño, obligando a la persona a despertarse, por su intensidad. Es más común en personas mayores de 50 años y sus síntomas son similares a los de la migraña.

 

Cefaleas Secundarias (Dolor de cabeza secundario)

Son dolores de cabeza que aparecen como consecuencia de accidentes y trastornos físicos que producen lesiones cerebrales perjudiciales. El dolor y tratamiento depende de la causa, las más comunes son:

 

  • Traumatismo, golpes en el cráneo o en las cervicales.
  • Trastorno vascular, como consecuencia de problemas cerebrovasculares.
  • Por consumo abusivo de sustancias como alcohol, monóxido de carbono, cocaína, etc.
  • Infecciones como meningitis, infecciones sistémicas, parasitosis, etc.

 

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Como se puede ver, son variadas las causas que producen un dolor de cabeza, sin embargo, es necesario que cuando el dolor es crónico e intenso, se visite a un especialista para que se encargue de brindar un tratamiento óptimo y acorde al problema. Si desea una asesoría o mas información al respecto, no dude en contactarnos.

 

¿Qué consecuencias produce la apnea del sueño?

Sufrir de apnea del sueño va un poco más allá de solo roncar y tener pausas en la respiración, pues el colapso total o parcial de la faringe puede afectar en gran medida su salud.

Cuando se sufre de apnea del sueño se interrumpe el paso de aire a los pulmones, haciendo que el nivel de oxígeno en la sangre baje mientras el ritmo cardíaco sube, aumentando la presión arterial y liberando cortisol y adrenalina (hormonas del estrés), es allí cuando el cerebro envía una alerta para tomar una bocanada de aire con el fin de restablecer los niveles de oxígeno en el cuerpo. Pero, según la severidad de la apnea que sufra, se pueden producir consecuencias, estas son algunas de ellas:

 

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Cansancio y microsueños

Los alertamientos enviados por el cerebro, le obligan a despertarse constantemente para tomar aire, estos intervalos suelen ser muy cortos así que, seguramente, no lo recordará en la mañana siguiente. Sin embargo, el descanso es interrumpido y tendrá una sensación de cansancio en la mañana. Esta sensación puede ir acompañada de sequedad en la boca, dolor de cabeza, cambio de ánimo, poca concentración y somnolencia, síntomas que generan microsueños durante las labores cotidianas, aumentado la cantidad de accidentes de tránsito y accidentes laborales.

 

Ronquidos

El estrechamiento de las vías respiratorias durante la apnea, hace que los tejidos blandos (paladar y úvula) vibren, produciendo el ronquido. Este sonido puede superar los 80 decibeles, incomodando a quienes estén cerca de la persona afectada, perjudicando las relaciones de pareja.

 

Hipertensión arterial

La liberación de hormonas del estrés hace que el sistema nervioso simpático, encargado de enviar las alertas para respirar, aumente el nivel de presión sanguínea; dadas las repeticiones de las alertas, la presión se mantiene alta y deriva en hipertensión. Usualmente la hipertensión, causada por la apnea del sueño, no puede tratarse con medicamentos y puede conllevar efectos secundarios como mareo, dolor de cabeza o disfunción sexual, incluso fomenta la aparición de infartos y enfermedades circulatorias.

 

Depresión

Las interrupciones del sueño y despertares violentos, impiden un descanso reparador afectando la calidad de vida de quien padece la apnea. El motivo radica en que las sustancias del sistema nervioso (serotonina y noradrenalina) que regulan el sueño, se encargan también del estado de ánimo y al afectarse, con las interferencias, generan efectos en la psique.

 

Diabetes Tipo 2

El estrés producido durante la interrupción espontánea del sueño libera cortisol y adrenalina, aumentando la presión sanguínea y liberando las reservas de azúcar que se almacenan en el hígado, además dichas hormonas inhiben los efectos de la insulina producida naturalmente. Cuando este proceso se repite constantemente, hay un efecto denominado “resistencia a la insulina”, causa principal de la Diabetes Tipo 2. En caso de que el afectado ya sufra de diabetes y empieza a presentar apneas del sueño, esta enfermedad tiende a agravarse, ingresando a un mortal círculo vicioso.

 

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Para concluir, la apnea del sueño puede ser un trastorno “silencioso”. En ocasiones quienes lo padecen no prestan atención a los síntomas y lo ignoran completamente, así que cuando empiezan a sufrir las consecuencias suelen tratarlas de manera errónea al desconocer la causa principal. Por eso, es necesario que, en caso de presentar los síntomas previamente mencionados, asista a nuestras instalaciones, con gusto le atenderemos. No dude en contactarnos para ampliar la información.

 

Conozca las causas del dolor de cabeza

El dolor de cabeza o cefalea, es uno de los dolores más comunes en la humanidad, pero, según su intensidad y ubicación, se puede indicar el tipo de dolor con el que estamos tratando.

 

Los dolores de cabeza se han agrupado en 2 tipos, de ellos deriva un listado de dolores específicos entre los cuales puede variar la causa, el tratamiento y las complicaciones. Los dolores de cabeza primarios son producidos por causas naturales o genéticas, entre estos se incluye la migraña, las cefaleas tensionales, las cefaleas en racimo y otras. Por otro lado, los dolores de cabeza secundarios son causados por factores externos u afecciones médicas como tumores cerebrales, lesiones, infecciones o medicamentos.

 

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Ahora bien, para conocer las causas que producen los dolores de cabeza, es necesario tener en cuenta los factores que le acompañan, conocerlos ayudará a dar un tratamiento adecuado. Lo ideal es siempre tener presente:

 

  • Frecuencia: 1 vez a la semana, 1 vez al día, esporádicamente.
  • Duración: Segundos, minutos, horas.
  • Ubicación: Sobre los ojos, en la sien, en la nuca, a un lado de la cabeza, en el cuello.
  • Posible detonante: Luz, frío, ruido.
  • Intensidad: Leve, moderado o severo.
  • Tipo de dolor: Punzante, agudo o intermitente.
  • Momento: Mañana, tarde o noche.
  • Síntomas adicionales: Náuseas, visión borrosa, sensibilidad, fiebre, etc.

 

Que un especialista conozca estos detalles facilitará encontrar la posible causa del dolor de cabeza, aun así, para el caso de la migraña, la cefalea tensional y en racimo, se han determinado causas específicas que explicaremos a continuación.

 

Dolor de cabeza tensional

Como su nombre lo indica, es producido por tensión muscular presente en cuello, hombros, rostro, mandíbula o cuero cabelludo. Su ubicación es usual en ambos lados de la cabeza y suele iniciar desde la parte posterior hacia la zona frontal. Sus causas son:

 

  • Estrés, depresión o ansiedad.
  • Traumatismos que impiden el movimiento total del cuello y de la cabeza.
  • Mala postura.

 

Migraña

Es un dolor que viene acompañado por otros síntomas como náuseas, vómito e hipersensibilidad al ruido o a la luz, en este caso se presenta un dolor punzante a un lado de la cabeza, el cual empeora con el movimiento. Como tratamiento para la migraña se recomienda tomar analgésicos mientras el dolor sea leve, en caso de ser repetitivo es ideal acudir a un especialista para que formule un tratamiento completo. Sus causas son:

 

  • Consumo de alimentos grasos.
  • Falta de sueño.
  • Consumo de alcohol o tabaco.
  • Exposición a ruidos y luces muy fuertes.

 

Dolor de cabeza en racimo

Tienden a tener un efecto rebote e intermitente, su causa más común radica en el consumo excesivo de medicamentos o analgésicos.

 

Sin embargo, hay otras causas generales que pueden producir dolor de cabeza:

 

  • Resfriado o fiebre.
  • Cambios hormonales.
  • Presión arterial alta.
  • Accidentes cerebrovasculares, infecciones y/o tumores.
  • Intoxicación.
  • Apnea del sueño.
  • Bruxismo.
  • Sobreexposición al sol.
  • Cáncer.
  • Genética.
  • Obesidad.
  • Problemas de visión.
  • Cansancio.
  • Ayuno.
  • Esfuerzos.
  • Cambios radicales de clima o luz.

 

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Independientemente de las causas que provoquen un dolor de cabeza, es necesario visitar a un especialista cuando el dolor supera los 5 días, o su intensidad le afecta para realizar sus actividades cotidianas. La ingesta de analgésicos y mejorar su estilo de vida le ayudará a calmar el dolor, si este persiste consulte a su médico o contáctenos para más información.

¿Qué es la apnea del sueño?

La apnea del sueño es una patología respiratoria más común entre la población, pero gran parte de las personas aún no lo sabe, por lo tanto, a continuación, le compartiremos en qué consiste.

 

Roncar de manera habitual, tener pausas constantes de la respiración durante el sueño y sufrir de somnolencia durante el día, no es algo normal, de hecho puede ser causa de un trastorno del sueño denominado apnea del sueño, en el cual las vías aéreas se ven obstruidas de manera parcial o, incluso, total durante el descanso. En ocasiones se puede dejar de respirar durante segundos, o minutos, hasta 30 o 50 veces en una hora, y al momento de retomar la respiración esta viene acompañada de un fuerte ronquido, provocando un descanso parcial durante la noche.

 

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El detenimiento de la respiración es un trastorno potencialmente grave, que se presenta sobretodo en hombres de cualquier edad, mujeres en periodo de menopausia, personas con sobrepeso, con historial genético o con vías respiratorias pequeñas, e incluso en ocasiones puede presentarse en niños con amígdalas y adenoides inflamadas.

 

Al tener una apnea o ausencia de la respiración, el aire no circula hacia los pulmones, haciendo que el cerebro envíe una alerta para que usted se despierte y tome una bocanada de aire, sin embargo, esto sucederá cada vez que retome el sueño, provocando estrés corporal y fallas en el descanso. Cabe aclarar que una apnea no debe confundirse con una falla cardiorrespiratoria, ya que, a pesar de que se deja de respirar, el corazón continúa latiendo con normalidad.

 

Ahora bien, durante el periodo de sueño todos los músculos se relajan y las vías respiratorias permanecen permeables, dejando que el aire pase libremente y se pueda respirar sin problema. Sin embargo, en quienes sufren de apnea del sueño los tejidos de la faringe se cierran, bloqueando las vías aéreas y afectando las concentraciones de oxígeno en la sangre.

 

Existen otras causas físicas que pueden afectar la respiración, tales como:

 

  • Tener el maxilar inferior más corto que el superior.
  • Tener un paladar y vías respiratorias con determinada forma.
  • Tener cuello grueso.
  • Presentar una lengua que pueda retrotraerse y genere bloqueo.
  • Tener obesidad.
  • Tener amígdalas grandes.

 

Se han establecido tres tipos de apnea del sueño, acorde a la dificultad y recurrencia de cada episodio:

 

  • Apnea obstructiva del sueño (AOS), es la más común y se presenta en cuanto hay relajación de los músculos.
  • Apnea central del sueño (ACS), ocurre cuando el cerebro no envía las señales precisas a los músculos encargados de controlar la respiración.
  • Apnea central del sueño emergente (ACSE), o Síndrome de Apnea Compleja del Sueño, se presenta cuando una persona sufre de AOS y ACS.

 

Cuando este traumatismo pasa a ser severo puede desencadenar enfermedades como la hipertensión arterial, aumento en la probabilidad de sufrir de angina de pecho, infartos y accidentes cardiovasculares, además, de no seguirse de manera detallada, puede provocar la muerte.

 

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Si, además de los ronquidos y del ahogamiento, despierta con sensación de cansancio, con la boca seca, dolor de cabeza, irritabilidad y problemas de atención, puede que esté sufriendo de apnea del sueño. En este caso es recomendable que visite a su médico para que le realice el diagnóstico necesario, usualmente es un estudio del sueño y determine el tratamiento a seguir.

 

Si requiere más información al respecto, no dude en contactarnos, estaremos gustosos de atenderle.

Conoce los tratamientos para la migraña

Antes de hablar sobre tratamientos para la migraña, es necesario aclarar que no cualquier tipo de dolor de cabeza se identifica como tal, ni todas las migrañas llegan a producir dolor. Sin embargo, se reconoce que esta es una de las cefaleas que generan más visitas y consultas médicas.

 

Existen diferentes síntomas que ayudan a identificar cuando se está presentado un caso de migraña o dolor de cabeza, habitualmente se presenta un dolor intenso y con pulsaciones en solo un lado de la misma, acompañado por nauseas, vómito, sensibilidad a la luz y/o al ruido. Es posible que previamente se haya tenido signos de advertencia conocidos como “aura”, los cuales aglomeran un grupo de síntomas que causan cambios visuales, neurológicos y/o gastrointestinales.

 

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No existe una edad exacta en la cual se empiece a sufrir de migrañas o dolor de cabeza, pero lo más común es que se presenten en jóvenes entre los 10 y 30 años, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Además, sus causas pueden variar, así que no se puede determinar con precisión, pero estas son algunas de ellas:

  • Factores genéticos.
  • Depresión.
  • Ansiedad o estrés.
  • Trastorno bipolar.
  • Cambios hormonales.
  • Epilepsia.
  • Trastorno del sueño.
  • Ruidos, olores y luces muy fuertes.
  • Medicamentos.
  • Exceso de actividad física.
  • Consumo de tabaco y/o cafeína.
  • Trastornos alimenticios.
  • Consumo de alimentos como alcohol, productos procesados y fermentados, chocolate, nueces, lácteos, frutos grasos, entre otros.

 

En caso de sufrir una migraña repentina, se recomienda que reconozca y trate los síntomas de inmediato, ayudando a disminuir un poco el dolor. Para lograrlo puede:

  • Beber agua, especialmente si ha vomitado, para evitar la deshidratación.
  • Tomar reposo en un espacio en silencio y oscuro.
  • Colocar un paño húmedo, con agua fría, sobre la cabeza

Si este no es un caso común para usted, puede tomar analgésicos para tratar jaquecas como Aspirina, Imigran o Migrax; lo ideal es que el medicamento se use cuando el dolor aún es leve, así estos tendrán mejores efectos.

 

Pero, cuando el caso de migraña es recurrente o se ha sufrido de ella desde hace tiempo, ya que no tiene cura, es necesario acudir a un especialista (neurólogo), quien se encargará de realizar un diagnóstico teniendo en cuenta su historial clínico, síntomas y un estudio neurológico. Una vez se haya determinado la posible causa y el tipo de migraña, se establecen los tratamientos a seguir, entre ellos encontramos:

  • Medicamentos preventivos, los cuales deben tomarse a diario para disminuir la frecuencia y reducir la gravedad de los ataques.
  • Inyección de toxina botulínica en el tejido subcutáneo de la cabeza.
  • Administración de magnesio, vitamina B12 y extracto de tanaceto.
  • Terapias homeopáticas y de acupuntura.
  • Uso de electrodos adhesivos en el área del entrecejo y la región supraorbitaria (sobre las cejas) durante 20 minutos diarios, estimulando las terminaciones nerviosas del trigémino, nervio relacionado con la aparición de la migraña.
  • Cirugía para liberar la presión en los nervios temporales, occipitales, nasales y frontales, al eliminar el músculo que comprime los nervios.

Incluso, cambiando el estilo de vida se pueden prevenir los ataques, como usando técnicas de relajación y control del estrés, hacer un seguimiento de los alimentos consumidos al momento de la aparición de la migraña, tener control del peso corporal y recurrir a terapias hormonales. También puede considerar mantener una dieta saludable y hábitos de sueño propicios.

 

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Como consejo médico, es ideal que antes de automedicarse asista a consulta con un especialista de confianza para que determine el tratamiento ideal para su caso. Para obtener más información al respecto, no dude en contactarnos.

En Centro de Neurodesarrollo contará con la mejor asesoría médica.

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