Conoce el procedimiento para monitorear epilepsias

La epilepsia es un trastorno del cerebro que provoca convulsiones repetidas sin motivo alguno. Un médico puede diagnosticar epilepsia si se tienen dos o más convulsiones no provocadas con el riesgo de que sean repetitivas, mas no todas las convulsiones hacen indicar que el diagnóstico sea epilepsia.

¿Cómo comprobar el origen de la epilepsia?

Las convulsiones suelen estar relacionadas con daño cerebral o pueden ser hereditarias, pero muy a menudo se desconoce la causa real que las origina. Un electroencefalograma es una prueba importante que permite al médico diagnosticar la epilepsia, ya que registra la actividad eléctrica que se genera en el cerebro.

Diagnóstico de ondas cerebrales mediante estudio

  • Es un procedimiento completamente seguro y sin dolor alguno.
  • Los electrodos se colocan en el cuero cabelludo y se conectan mediante cables a una caja eléctrica unida al electroencefalógrafo para registrar la actividad eléctrica. Nunca se envía electricidad al cuero cabelludo.
  • Un electroencefalógrafo registra la actividad eléctrica del cerebro como una serie de líneas onduladas llamadas trazos.

¿Qué puede apreciarse en el estudio?

  • Ciertos patrones sugieren una tendencia a tener convulsiones. El médico puede referirse a estas ondas como anomalías epilépticas u ondas convulsivas. Se pueden observar picos y ondas sucesivamente.
  • Si se tienen convulsiones parciales, puede mostrar de dónde provienen por los picos y las ondas en áreas específicas.
  • Las descargas en punta ampliamente distribuidas en ambos lados del cerebro sugieren una epilepsia generalizada, especialmente si se dan al mismo tiempo.

¿Cuánto suele durar el estudio de rutina?

Generalmente, las ondas cerebrales se registran entre 20 y 40 minutos, más el tiempo de la preparación para poder hacer la grabación, lo que resulta un total de, más o menos, hora y media según el contexto en el que se desarrolle.

El médico te pedirá que te laves el cabello con un día de anterioridad o el mismo día que se lleve a cabo la prueba. No es recomendable usar acondicionador o lacas para peinarse, pues pueden entorpecer la adherencia de los electrodos.

¿Qué pasa al realizar el estudio de la función cerebral?

Para iniciar el procedimiento, un técnico deberá medir la cabeza y proceder a colocar los electrodos en los lugares indicados. Por medio de una crayola, marcador o gis se marcan los puntos en el cuero cabelludo donde te colocarán los electrodos.

Durante la prueba, lo habitual es que el técnico te solicite lo siguiente.

  • Abrir y cerrar los ojos en prolongadas ocasiones.
  • Mirar fijamente las luces en intermitencia.
  • Tomar respiraciones rápidas o profundas.
  • Que le informes de algún posible síntoma de convulsión que pudiera presentarse durante la prueba.

Electrodos especiales para obtener una información más completa

Si el estudio regular de rutina no le brinda al médico la información necesaria para realizar un diagnóstico, puede recomendar una nueva prueba con electrodos especiales que darán la información completa.

  • Electrodos esfenoidales. Se pueden utilizar durante la videomonitorización. Son cables finos que van colocados en los músculos de las mejillas, cerca de la mandíbula. Estos electrodos registran la actividad eléctrica desde lo profundo de los lóbulos temporal y frontal.
  • Electrodos nasofaríngeos. Se trata de tubos de plástico con un alambre interno que termina en una punta metálica. Este tipo de electrodos registra la actividad eléctrica en la profundidad del cerebro.

Ya ves que el estudio de la función cerebral recoge la actividad eléctrica del cerebro en situación basal y mediante métodos de activación, como pueden ser la hiperventilación y la fotoestimulación. Probablemente, se te pedirá que, de ser posible, no duerma en toda la noche anterior al monitoreo con el fin de poder observar ondas de convulsión durante el estudio.

Conoce 5 traumatismos que pueden provocar epilepsia y su tratamiento

De acuerdo a Organización Mundial de la Salud, la epilepsia es una enfermedad que, a lo largo de la historia, se ha visto envuelta en multitud de prejuicios y falta de información, lo que ha provocado confusión sobre el tema. A continuación, se contamos todo sobre la epilepsia y el tratamiento.

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Traumatismos que pueden provocarla

Es importante diferenciar entre las dos clases de epilepsia que existen. La primera de ellas, conocida como epilepsia idiopática, afecta a la mayor parte de los pacientes, y tiene un origen no identificable. La segunda, que se conoce como epilepsia sintomática, es aquella cuya causa puede reconocerse. Para entender la proporción en que estos casos se presentan: en una muestra de 10 personas afectadas por la enfermedad, lo más probable es que 6 padezcan una epilepsia idiopática y 4 presenten una sintomática.

Entre las razones por las cuales puede presentarse una epilepsia sintomática, también conocida como epilepsia secundaria, se encuentran los traumatismos cerebrales.

  • El daño cerebral como consecuencia de lesiones prenatales o perinatales en un bebé. Ejemplos de ello pueden ser la asfixia, el bajo peso al nacer o los traumatismos sufridos durante el parto.
  • Traumatismos craneoencefálicos graves resultantes de lesiones deportivas sumamente fuertes o accidentes automovilísticos. Suelen ser provocados por golpes contundentes sufridos especialmente en la cabeza.
  • Accidentes cerebrovasculares que impiden que el cerebro reciba todo el oxígeno que se requiere para su óptimo funcionamiento y mantenimiento. También se conoce como ataque cerebral, puesto que la sangre deja de circular por el cerebro. Entre los síntomas más comunes se encuentran la dificultad para hablar, la caída o entumecimiento de un franco del rostro, y la debilidad muscular, que se presenta únicamente en uno de los dos costados del cuerpo.
  • Infecciones cerebrales. Después de presentar un cuadro de meningitis, encefalitis o neurocisticercosis, la persona puede presentar, como efecto secundario de su padecimiento, una crisis de epilepsia.
  • Tumores cerebrales. Al padecer un tumor cerebral, una o varias regiones del cerebro se ven afectadas por una masa o un crecimiento anormal de células dentro de él.  Esto trae como resultado un compromiso de su función normal, provocando fuertes convulsiones.

Epilepsia el tratamiento para combatirla

La Organización Mundial de la Salud afirma que, con el tratamiento adecuado, quien padezca esta enfermedad cerebral tiene un 70% de probabilidades de erradicar las convulsiones de su día a día. Para ello se aconseja el uso de:

  • Fármacos anti epilépticos tradicionales: ayudan a suprimir las crisis.
  • Agentes neuroprotectores: protegen la estructura y función de los nervios.
  • Sedantes: tranquilizan los sentidos.
  • Tratamiento para el dolor del nervio: bloquea el dolor en los nervios dañados como consecuencia de convulsiones anteriores o episodios de epilepsia mayores.
  • Cirugía cerebral: dependiendo de la ficha técnica y del perfil de cada paciente, un médico especializado, tal como un neurólogo o neurocirujano, podrían recomendar y ejecutar esta alternativa.
  • Cambios drásticos en el estilo de vida: el ser humano es un organismo integral, en el cual todas sus partes se relacionan entre sí. Una buena alimentación y una actividad física regular pueden hacer una gran diferencia en la calidad de vida del paciente.
  • Dispositivos cerebrales: ésta es la última tecnología en los casos de epilepsia, disponible únicamente en algunos países para casos concretos. Por medio de un dispositivo que regule la actividad eléctrica en el cerebro se pueden disminuir las convulsiones.

Para poder diagnosticar, controlar y dar seguimiento a la epilepsia te aconsejamos acudir a un buen especialista en un centro médico profesional confiable. Con el tratamiento adecuado el paciente epiléptico puede llevar adelante una vida agradable,fructífera y más llevadera.

5 Tipos comunes de epilepsia y síndromes epilépticos que debes conocer

La epilepsia, una enfermedad que ha causado gran curiosidad desde tiempos remotos por sus bizarros síntomas, y que ha recibido múltiples denominaciones a lo largo de los siglos, continúa siendo una afección incomprendida. Hay varias clases de epilepsia y, afortunadamente, el avance científico ha logrado desarrollar desde medicamentos hasta cirugías para su tratamiento.

Debes saber que existe el documento técnico oficial del cuerpo médico alrededor del mundo. El CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades, 10.ª edición) corresponde a su décima versión. En inglés, se conoce como ICD, siglas de International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems. Allí se encuentran clasificadas y codificadas todas las enfermedades conocidas y, entre ellas, las epilepsias se han clasificado en más de 20 clases diferentes.

A continuación, verás cinco importantes tipos de epilepsias, las cuales se presentan con mayor frecuencia que otras en el entorno clínico.

1. Epilepsia generalizada con crisis tónico-clónicas

Abordaremos en primer lugar la epilepsia típica, claramente conocida por la mayoría de las personas. En la antigüedad era denominada el “gran mal” y llegó a pensarse en que era algún elemento sobrenatural el que influía en el afectado, produciéndole convulsiones y movimientos anormales. El término tónico-clónicas hace referencia a las alteraciones en el tono muscular, que producen primero rigidez y luego los movimientos de flexión y extensión rápidas.

2. Epilepsia con crisis de ausencias

En este tipo de epilepsia se detiene bruscamente el movimiento, es decir, toda actividad motora del afectado, quien queda con la mirada fija e inexpresiva durante un corto tiempo, en el cual no tiene convulsiones como en el tipo anteriormente mencionado. No obstante, sí se da una pérdida de la consciencia o “desconexión del medio” y, a veces, se acompaña de movimientos repetitivos de las manos, pérdida de control de los esfínteres, etc.

En la epilepsia con crisis de ausencias, a veces solo se produce el síntoma de la mirada fija, que suele llegar a confundirse con un periodo de inatención, hasta que ya llega a ser tan frecuente que se consulta al médico.

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3. Epilepsia rolándica benigna

Se clasifica como una epilepsia benigna, más frecuente entre los 3 y los 13 años, y representa alrededor del 15 % de las epilepsias en los niños. Las crisis afectan a un lado de la cara, la lengua, y dificultan tragar la saliva y hablar. La mayoría de las crisis se presentan de noche, pero un 20 % de los casos pueden presentarse de día.

En algunas epilepsias, incluida la epilepsia rolándica benigna, pueden detectarse también ciertos problemas de aprendizaje en la escuela, pero, afortunadamente, mejoran con la adolescencia.

Te destacamos que es una de las epilepsias con un importante componente genético, ya que cerca de un 40 % de los casos tienen antecedentes familiares.

4. Epilepsia del lóbulo temporal

Dentro de la clasificación general de las crisis epilépticas, tienes dos grandes tipos; las crisis epilépticas generalizadas primarias y las crisis focales (o parciales). La epilepsia del lóbulo temporal es la epilepsia focal más frecuente. Anatómicamente se origina en la región temporal del cerebro y sus síntomas son muy variados. Van desde la sensación de molestia epigástrica, temor, problemas de memoria y despersonalización (sientes que estás en el cuerpo de otra persona) hasta movimientos anormales. Tiene buena respuesta al tratamiento quirúrgico.

5. Crisis epilépticas atónicas

Pierdes la fuerza de un momento a otro, con un alto riesgo de caídas graves. Inician en la niñez. Las crisis duran pocos segundos.

En cuanto a la epilepsia tratamiento y pronóstico, se han logrado muchos avances. Tanto a nivel de medicación como a nivel quirúrgico, los pacientes actualmente cuentan con un arsenal muy amplio para frenar el avance de la enfermedad y tener una vida normal.

Tipos de convulsiones ¿Cómo ayudan los tratamientos para la epilepsia?

La epilepsia es un trastorno neuronal crónico que puede tener su origen en diversas causas como golpes, lesiones, meningitis, drogas, alcohol y accidentes cerebrovasculares. Existen estudios que han permitido determinar que esta enfermedad la padecen más de 50 millones de personas en el planeta.

La epilepsia se puede presentar en pacientes de todas las edades, tanto en hombres como en mujeres. Ante episodios repetitivos de convulsiones (2 o más ataques en un lapso de 24 horas), se debe empezar con un tratamiento para la epilepsia.

Cuando el paciente presenta episodios de ataques aislados, es necesario que se haga un diagnóstico que determine el estado y comportamiento neuronal y se pueda mapear la zona afectada y las posibles causas de la afectación.

 

 

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Tipos de ataques de epilepsia

 

 

  • 1. Crisis parciales simples. En estos caos se presentan síntomas o signos motores, autonómicos, sensitivos, psíquicos y electroencefalográficos.
  • 2. Crisis parciales complejas. Este tipo de epilepsia se puede presentar con alteración de la conciencia. Los ataques son precedidos por un aura (sensaciones, sentimientos extraños).

 

Etapas que se pueden presentar en los ataques epilépticos

 

 

  • 1. Convulsiones repetidas.
  • 2. Pérdida de conocimiento.
  • 3. Estado catatónico.
  • 4. Ataques espontáneos consecutivos.

 

Cuáles son los tratamientos disponibles para la epilepsia

 

 

  • 1. Electroencefalograma: El primer paso para tratar a los pacientes que presentan por primera vez un episodio de convulsiones por epilepsia es el electroencefalograma. Este procedimiento debe ser llevado a cabo por un neurólogo o un neuropediatra, en caso de que el paciente sea un infante. Se lleva a cabo ante cualquier traumatismo craneoencefálico o crisis epiléptica incipiente en neonato, infante, adolescente, adulto joven o persona adulta mayor.
  • 2. Tratamiento farmacológico: El tratamiento farmacológico suele ser la opción más empleada por los especialistas. En la mayoría de casos, los episodios de convulsiones cesan cuando se emplean medicamentos antiepilépticos. No obstante, se pueden presentar casos en los que los pacientes solo presentan pequeñas disminuciones de los ataques epilépticos por los medicamentos, en estas situaciones se recurre a tratamientos alternativos.
  • Al principio del tratamiento, las dosis de medicamentos antiepilépticos son pequeñas dependiendo de la gravedad de los ataques. A medida que se presentan mejorías, las dosis van aumentando hasta controlar los ataques en su totalidad.
  • 3. Cirugía: La cirugía es la opción que se emplea cuando los otros tipos de tratamientos no funcionan. El procedimiento consiste en la extracción de una pequeña parte del cerebro que es la que causa las convulsiones. Esta cirugía no afecta el habla, las funciones motrices, la visión o la escucha del paciente.
  • 4. Terapia: La terapia consiste en la implantación de electrodos y estimulantes en el pecho o el cráneo del paciente. La finalidad es poder controlar las terminaciones nerviosas encargadas de enviar impulsos a las neuronas que generan las convulsiones. El efecto sobre la actividad neuronal es inmediato y se puede aumentar o disminuir la intensidad eléctrica sobre el sector del cerebro que genera las convulsiones y de esta manera prevenir los ataques sin alterar otras funciones del cerebro.

 

 

Cuáles son los tratamientos disponibles para la epilepsia

 

 

Tratamientos alternativos para la epilepsia que se están desarrollando

 

 

  • 1. Cirugías mínimamente invasivas.
  • 2. Radiocirugía.
  • 3. Dispositivos de estimulación de uso externo.
  • 4. Dispositivos de neuroestimulación receptiva.
  • 5. Marcapasos para la epilepsia.

 

 

Sea cual sea el tipo de crisis epiléptica que presente el paciente, debe ser tratado de manera oportuna siguiendo todos los protocolos recomendados por los neurólogos.

En las situaciones de epilepsia convulsiva, como en la no convulsiva, es necesario que se haga un diagnóstico inicial mediante un encefalograma y que posteriormente se lleve a cabo el tratamiento que mejor se adapte al caso particular del paciente.

 

¿Sabías que la epilepsia viene acompañada de depresión? Descubre su tratamiento

Seguramente has oído que se habla de manera común de salud mental y cerebral, mencionando, entre otras patologías, la epilepsia. Un trastorno neuronal que está asociado a la depresión, la cual requiere medicamentos y resulta en alteraciones sociales y psicológicas.

 

¿Cómo es?

 

Afecta a más de 50 millones de personas. Puedes identificarla por sus principales características:

 

  • Convulsiones repetidas.
  •  Pérdida de conocimiento.
  • Ataques espontáneos consecutivos.

¿Qué la causa?

 

  • Lesiones.
  • Golpes.
  • Accidentes cerebro-vasculares.
  • Demencia.
  • Tumores cerebrales.
  • Vasos sanguíneos obstruidos.
  • Drogas y alcohol.
  • Meningitis.

 

Nuestro cerebro está diseñado con conexiones y funcionamientos específicos. Si tienes afecciones en la conducción eléctrica o modificaciones del espacio y flujo sanguíneo, terminarán por alterar tu actividad neuronal normal.

 

Por ejemplo, un tumor cerebral presiona arterias importantes, impidiendo el suficiente flujo sanguíneo a los lóbulos o áreas específicas: la del habla y escucha, el reconocimiento o motricidad.

 

La evidencia muestra que, si padeces depresión, la frecuencia de episodios de convulsiones incrementan directamente, ya que ciertos eventos terminan por desnaturalizar tu sistema nervioso central.

 

 

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Epilepsia y Depresión

 

Estudios comprueban que ambos procesos alteran pueden alterar tu concentración de serotonina, noradrenalina, dopamina y otros neurotransmisores en el sistema nervioso central. Igualmente se ha visto cómo ambas enfermedades atrofian el hipocampo.

Algunos síntomas de depresión severa son:

 

Emocionales

  • Tristeza.
  • Ansiedad.
  • Culpa.
  • Baja autoestima.
  • Pensamientos de muerte.
  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Enojo.
  • Episodios de llanto.

 

Físicos

  • Pérdida de peso.
  • Poco apetito.
  • Fatiga.
  •  Somnolencia.

 

Un día caracterizado de depresión se vive despertando con cansancio, insomnio, dolor de cabeza, bajos ánimos, falta de apetito, sueño, mal humor. ¿Te reconoces en algún síntoma?

 

Tratamiento

 

 

La epilepsia y su tratamiento implica seguir un plan de acción establecido por un médico. Conocer suficientemente sobre el padecimiento te garantiza una buena calidad de vida.

 

  • Tratamiento y medicación.
  • Cirugías.
  • Terapias electroconvulsivas.

 

Para controlar las convulsiones, es preciso tomar medicamentos que reduzcan la presencia de dichos síntomas. Sin embargo, las medicinas pueden causarte, como efecto secundario, malestar físico y emocional.

 

Posteriormente, pueden realizarte una intervención quirúrgica para quitar tumores u obstrucciones del flujo sanguíneo si fuera el caso. Las terapias electroconvulsivas se utilizan como tratamiento cuando no hay buenos resultados con los métodos anteriores.

 

 

La epilepsia y su tratamiento implica seguir un plan de acción establecido por un médico

 

¿Quiénes viven con estos padecimientos?

 

Las personas más susceptibles a desarrollar algún tipo de depresión son aquellas con episodios epilépticos del lóbulo temporal, con un pobre control de crisis. Resultados en investigaciones denotan que la prevalencia es más frecuente en adultos jóvenes, repercutiendo en la vida productiva de generaciones futuras. ¿En qué rango estás?

 

Socialmente, este desorden neurológico inquieta a personas ajenas al padecimiento, resultando en estigmas.

 

Es importante suprimir cualquier alteración del sistema nervioso (alcohol, tabaco, azúcar, drogas), y evitar conductas que alteren tu conducción eléctrica nerviosa (desvelarse, ver luces estroboscópicas o intensas, escuchar música a volumen alto) controlando los episodios convulsivos. Estas limitaciones afectan tu vida social y propician sentimientos de soledad y rechazo.

 

Seguro has experimentado un día de tristeza y fatiga, sin querer cumplir responsabilidades, pero cuando se acaba ese sentimiento puedes reincorporarte a la vida normal. Desgraciadamente, esta no es la misma situación para quienes lo sufren diariamente. Acércate a algún profesional para poder llevar un tratamiento diseñado para ti.

Siempre existe una solución

 

 

El control de las crisis convulsivas y depresivas con un buen tratamiento para la epilepsia significa tomar medicamentos y tener acompañamiento terapéutico. Estas herramientas te ayudarán a reducir la aparición de cuadros clínicos convulsivos y malestares emocionales y físicos. Tu calidad de vida mejorará, reduciendo las crisis convulsivas y nerviosas.

 

La epilepsia se vive acompañada de momentos depresivos, episodios de convulsiones repetidas durante el lapso de un día, tristeza y crisis nerviosas con poco control sobre la situación. Los medicamentos y psicoterapia han resultado ser el mejor tratamiento.

 

 

Puntos a tener en cuenta sobre el tratamiento para la epilepsia en niños

Epilepsia y tratamiento efectivo no siempre van de la mano. Muchos padres se agotan al no encontrar uno adecuado para sus hijos. Esto sobre todo cuando no han encontrado un tratamiento que les funcione bien o el pequeño no ha sido bien diagnosticado.

 

Claves en el tratamiento de la epilepsia

  • El tratamiento. Un buen tratamiento es clave para la atención de la epilepsia que padece tu hijo, por ello es muy importante visitar solo a médicos especialistas, en este caso con neurólogos profesionales.
  • Estudios adecuados. También es indispensable que se realicen todos los estudios que sean necesarios, pues la epilepsia infantil no tiene una única causa, sino que puede ser motivada por genética, lesiones, meningitis, etc. Y no debe confundirse la epilepsia con las convulsiones provocadas por otras enfermedades, como diabetes o insuficiencia renal.
  • Disciplina. Una vez que los profesionales de la salud encuentren el tratamiento para la epilepsia que más se adecue a tu hijo, todos deberán disciplinarse en seguirlo al pie de la letra, pues de ello dependerá la mejoría de tu pequeño.

 

Tratamientos para la epilepsia infantil

Antes que nada, es muy importante mencionar que los tratamientos contra la epilepsia infantil siempre deberán ser administrados por un profesional de la salud y nunca automedicarse.

 

Puntos a tener en cuenta sobre el tratamiento para la epilepsia en niños

 

Estos son algunos de los tratamientos contra la epilepsia infantil que actualmente se usan:

– Tratamiento farmacológico. En primer lugar, siempre se busca usar terapias y tratamientos poco agresivos con los niños. Por eso se comienza con medicamentos anticonvulsivos o que ayuden a regular las funciones eléctricas del cerebro. La terapia con medicamentos es generalmente el primer paso para que tu hijo pueda lograr una mayor estabilidad. Pero es muy importante que sepas que no todos los niños responden igual a los mismos fármacos, por ello, aunque dos miembros de una misma familia tengan convulsiones, puede ser que les den medicamentos diferentes a los dos y esto lo deben respetar.

– Cirugía cerebral. La cirugía cerebral es un procedimiento más arriesgado, por ello, el profesional de la salud solo lo recomendará cuando realmente sea necesario. Por ejemplo, si la epilepsia de tu hijo se debe a lesiones cerebrales, ya sea por accidentes o por lesiones antes o durante el nacimiento. Una cirugía cerebral para tratar la epilepsia puede consistir en la remoción o modificación de una pequeña zona del cerebro donde se dan las convulsiones.

Debes saber que una cirugía cerebral para tratar la epilepsia de tu hijo no es la primera opción, y solo se aconseja cuando otros tratamientos han fallado y cuando está localizada la zona o lesión que provoca las convulsiones, por ejemplo, un tumor cerebral, una lesión o un accidente cerebrovascular.

– Dispositivo contra la epilepsia. Actualmente se siguen desarrollando dispositivos que se insertan en el cerebro y ayudan a controlar los ataques epilépticos. Muchos todavía están en desarrollo, pero también los hay estudiados y probados.

 

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Este tratamiento contra convulsiones funciona por medio de un dispositivo que detecta las señales del cerebro cuando va a iniciar una convulsión, y así logran frenarla por medio de la liberación de químicos que controlan las señales del cerebro responsables de las convulsiones.

– Terapia dietética. Los hábitos alimenticios tienen mucho que ver con la salud general de tu hijo, y cuando se trata de epilepsia se ha encontrado que algunos cambios dietéticos pueden mejorar la salud cerebral de los niños. Solo un nutriólogo puede decidir cuál será la dieta más adecuada para tu hijo. Pues, aunque a algunos niños la dieta cetogénica o baja en glucosa les puede ayudar, a otros no, y por eso debe ser un nutricionista quien, junto al neurólogo, decida la dieta; sobre todo si el niño tiene otra enfermedad como diabetes pues al mismo tiempo hay que tomar en cuenta la epilepsia y tratamiento.

Tratamiento para la epilepsia: cómo ayudar al paciente en casa

La epilepsia es un trastorno producido por un súbito incremento de la actividad eléctrica del cerebro, específicamente en las neuronas. La persona que la padece suele sufrir de convulsiones o movimientos incontrolables del cuerpo de manera repetitiva. Es lo que se conoce como ataque epiléptico. La epilepsia y tratamiento deben ser diagnosticados por un doctor especializado, pero en casa se puede continuar reforzando el tratamiento médico.

Continúa para conocer las mejores formas de cuidar de un paciente con epilepsia.

 

A tener en cuenta

La epilepsia se da debido a breves y repentinos cambios en el correcto funcionamiento cerebral, de modo que es considerada como una afección neurológica, la cual no es provocada por retraso o enfermedades mentales.

Durante un ataque epiléptico, las convulsiones suelen ser violentas y progresivas; a estas normalmente les acompañan contracciones musculares intensas y falta de oxígeno, así como algunas descargas eléctricas cerebrales. Si no se actúa de manera rápida y eficaz puede desencadenar daños en el cerebro y el corazón y, en casos extremos, la muerte.

 

¿Cómo cuidar de un familiar con epilepsia?

Antes que nada, se debe hacer hincapié en que la epilepsia es un trastorno serio que debe seguirse con total responsabilidad. De manera que no solo hay que aprender a reaccionar ante ataques, sino también realizar ciertos cambios cotidianos necesarios para un mejor control.

 

Tratamiento para la epilepsia: Cómo ayudar al paciente en casa

 

Medidas a seguir antes de un ataque

  • Llevar un calendario de cuadros epilépticos es de gran importancia, así como una lista de todos los medicamentos (dosis y horarios) prescritos por el médico.
  • Evitar cualquier detonante.
  • Seguir al pie de la letra el tratamiento antiepiléptico sugerido por un especialista y desde luego, evitar a toda costa modificarlo.
  • Acudir de manera regular a los controles hemáticos y de niveles plasmáticos de medicación.
  • Realizar deportes de bajo impacto y llevar una dieta balanceada.
  • Evitar el agotamiento excesivo.
  • En caso de padecer cualquier otra enfermedad, no olvides comunicarle al médico sobre el tratamiento que tú o tu pariente están llevando.

 

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Medidas a seguir durante un ataque

1.- Antes que nada, procura mantener la calma y pensar muy bien las cosas antes de actuar. Entonces ayuda a la persona para que llegue al suelo con suavidad, ya que es muy probable que se caiga de todas maneras, inténtalo con mucho cuidado y pendiente de cualquier golpe que pueda arrojarte. Durante una crisis les resulta difícil controlarse y podría soltar golpes con cualquiera de sus extremidades.

2.- Evita que la persona sufra cualquier lesión durante la crisis epiléptica, para ello aleja objetos que puedan resultar peligrosos y coloca algo suave bajo la cabeza para que no golpee contra el suelo.

3.- Afloja corbata, bufanda, camisa o collares; cualquier prenda que se encuentre alrededor del cuello.

4.- Con sumo cuidado, coloca a la persona de lado. De esa manera facilitarás la respiración.

5.- No intentes trasladarla a otro lado, puesto que podría ser peligroso. Si se trata de una mujer embarazada o con diabetes, lo más sensato es solicitar una ambulancia.

5.- Monitorea el tiempo de duración de la crisis. Usualmente finaliza tras dos o tres minutos y si dura más de 5 apresúrate a solicitar una ambulancia. En caso de que sea una crisis normal, el paciente comenzará a recuperarse de manera gradual. Mantente a su lado en todo momento.

6.- Permite que descanse después de la crisis sin abandonarla por ningún motivo. Puedes hablarle un poco para tranquilizarla y ayúdale a entender que pasará pronto y todo volverá a la normalidad. Espera hasta que recupere por completo la consciencia. Algunas personas pueden olvidar por instantes quiénes son o en dónde viven, prepárate para responder cualquier duda con tranquilidad y paciencia.

Ahora conoces un poco más sobre la epilepsia y el tratamiento a seguir en casa. No olvides seguir estos consejos y evitarás sustos.

Conoce los tipos de crisis epilépticas

La epilepsia o epilepsias, son un trastorno neurológico que involucra las células nerviosas. Estas células o neuronas trasmiten señales anormales dentro del cerebro y causan crisis o ataques epilépticos. Un tratamiento contra la epilepsia es absolutamente necesario, puesto que los síntomas se presentan de manera involuntaria, llegando a afectar gravemente la vida del paciente; muchas veces los ataques llegan a causar pérdida del conocimiento.

 

Cuando un paciente tiene una crisis, las neuronas mandan hasta quinientas señales por segundo casi al mismo tiempo. Gracias a este aumento excesivo de actividad eléctrica en el cerebro, la persona presenta movimientos, emociones y comportamientos involuntarios. En la actualidad las epilepsias también son conocidas como espectro epiléptico, dado que tienen diferentes causas, diferentes crisis y una gama de afecciones con las que se presentan.

 

Dicho lo anterior, revisemos como están clasificados los tipos de epilepsias:

 

Tipos de epilepsias

Existen cientos de síndromes epilépticos diferentes, los cuales se caracterizan por un conjunto de síntomas específicos. Los tipos de epilepsia se clasifican por sus síntomas o respecto al lugar del cerebro donde se originan.

 

Epilepsia de ausencia: En este tipo las crisis se presentan de manera repetitiva y causan pérdida del conocimiento. Se inicia en la niñez o adolescencia y suelen ser causadas por factores genéticos. Algunos pacientes hacen movimientos involuntarios durante una crisis. Por ejemplo, movimientos bruscos en los brazos o parpadeos rápidos, algunos otros pacientes solo parecen estar perdidos. Las crisis de este tipo suelen presentarse hasta cien veces en un día, por lo que es muy difícil que el paciente pueda concentrarse en alguna tarea académica o laboral.

 

La epilepsia de lóbulo frontal: Acá encontramos el tipo epiléptico más común, ocurre en serie y esta dentro de las crisis focales breves. Afecta la parte del cerebro que controla el movimiento, causando debilidad muscular o movimientos anormales sin control, agitación en los brazos, las piernas, muecas y desviación de los ojos hacia un lado. Está asociada a las alteraciones en la consciencia, aparece sobre todo cuando el paciente esta dormido, pero puede presentarse también en la vigilia.

 

Epilepsia del lóbulo temporal: Este tipo es el más común dentro de las crisis focales, se presenta con nauseas, miedo, o déja vu y con alteraciones del gusto y el olfato. Según estudios científicos asocian este tipo de epilepsia a las alteraciones de la conciencia, presentándose como un estado prologado de ensueño, también esta asociada a la esclerosis del hipocampo, parte del cerebro donde de encuentra todo lo relacionado con la memoria y el aprendizaje.

 

Epilepsia neocortical: La crisis de este tipo se origina en la corteza del cerebro. Pueden ser focales o generalizadas. Entre los síntomas encontramos alucinaciones visuales, espasmos musculares, convulsiones y cambios emocionales.

 

El hamartoma o hipotalámico: Esta se presenta en la infancia y esta asociada con malformaciones del hipotálamo en la base del cerebro. Se trata de un tipo muy raro de epilepsia, además por que las crisis se asemejan a la risa o el llanto. La mayoría de estas crisis pasan desapercibidas ya que por su condición y síntomas extraños es muy difícil de diagnosticar.

 

Entre otros tipos de epilepsias encontramos también los espasmos infantiles, que se presentan antes de los seis meses de edad como convulsiones en serie. Las crisis atónitas, se presenta antes de los cuatro años de edad y se muestra en caídas súbitas, también conocidas como crisis de caídas. Algunos tipos de crisis epilépticas de la infancia suelen detenerse completamente durante la adolescencia, pero otros también suelen seguir de por vida.

 

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Las personas con epilepsia corren un alto riesgo de morir de manera súbita. Cada año se presenta una muerte súbita por mil personas que padecen la enfermedad. Las personas con más dificultades para controlar las crisis son más propensas a sufrir este tipo de muerte.

 

Existen muchos tratamientos médicos contra la epilepsia, un buen manejo de los medicamentos prescritos puede disminuir este riesgo de muerte súbita, relacionado con las crisis que afectan la función del corazón.

 

En definitiva, ante cualquier tipo de crisis epiléptica es indispensable consultar un especialista, recuerda que esta no es una enfermedad que sea fácil de llevar sin la compañía de un tratamiento médico efectivo.

 

¿Cuál es la causa de los ataques epilépticos?

La epilepsia es una afección neurológica, dado que tiene su origen en cambios breves y repentinos en el funcionamiento del cerebro. No es contagiosa ni es la consecuencia o síntoma de ninguna enfermedad o retraso mental. Esto no significa que una persona con retraso mental no la pueda padecer, pero no implica necesariamente que tenga que ver con el retraso.

 

En resumidas palabras, la epilepsia es un trastorno que se provoca por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada sufre lo que se conoce comúnmente como un “ataque epiléptico” que es una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva.

 

El 25% de los pacientes afectados sufre de epilepsia farmacorresistente;  lo que traduce en resistencia a los medicamentos para controlarla. En estos casos se recurre a intervención quirúrgica.

 

La enfermedad aparece comúnmente entre los dos y catorce años de edad. Aunque puede presentarse en cualquier momento, sin tener en cuenta el sexo o el género. Algunas personas que sufren epilepsia tienen una cantidad más alta de neurotransmisores activos, un neurotransmisor es la sustancia encargada de conducir el impulso nervioso entre las neuronas. Esto genera un incremento en la actividad neuronal. En otros casos lo que causa la epilepsia tiene que ver con una cantidad baja de inhibidores de dichos transmisores, lo cual también aumenta la actividad neuronal.

 

En definitiva, cualquier cosa que impida o distorsione el patrón de la actividad neuronal normal puede llevar a la aparición de una crisis epiléptica.

 

Esta enfermedad tiene muchas causas posibles, entre las que destacamos las siguientes:

 

Predisposición hereditaria:

El riesgo de padecer ataques epilépticos aumenta si uno de los padres ha sufrido la enfermedad. Actualmente se desconoce dónde está localizado el gen responsable de las crisis convulsivas.

 

 

Lesión cerebral:

El cerebro es vulnerable a sufrir lesiones durante el embarazo, en el nacimiento o más adelante. Estas lesiones pueden presentarse debido a tumores cerebrales, drogas, alcoholismo, meningitis, sida, alzheimer, etc. Todo esto debido a que hay una alteración en el funcionamiento normal del cerebro.

Las enfermedades cardiovasculares, los ataques del corazón y los infartos, también pueden ser causantes, ya que impiden que llegue oxígeno al cerebro.

 

 

Traumatismo craneal:

Sucede a consecuencia de un accidente, o de otra lesión traumática.

 

 

Lesión prenatal:

Los bebés que aún se encuentran en etapa de gestación son proclives a un daño en el cerebro causado por: una infección adquirida por la madre, desnutrición o deficiencia de oxígeno.

 

 

Trastornos en el desarrollo:

La epilepsia es causada en algunos casos por trastornos del desarrollo, como autismo o neurofibromatosis.

 

 

Se estima que en el mundo entero hay cerca de cincuenta millones de personas que padecen epilepsia.

 

 

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La corteza cerebral es la principal afectada ante una crisis epiléptica, debido a que la corteza cerebral ampara las funciones cerebrales que requieren nuestra voluntad, como por ejemplo: hablar, entender, pensar, memorizar, mover los músculos, prestar atención, etc.  Y es la que recibe información de los órganos de la visión, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.

 

En el momento de sufrir una crisis epiléptica se afectan varias de estas funciones, por esta razón los síntomas durante una crisis varían. Las crisis tienen una duración breve, menos de dos minutos, a veces solo unos segundos.

 

Inmediatamente después de una crisis epiléptica, las neuronas afectadas pierden temporalmente su función, pues durante el ataque consumen toda su energía. Por ello, luego de cada crisis los pacientes suelen encontrarse cansados, con sueño, con debilidad en el cuerpo o con dificultad para comunicarse verbalmente durante minutos u horas.

 

En el momento de los ataques epilépticos la persona se desploma y pasa por un episodio de  conmoción o alguna otra consecuencia, como la perdida de la consciencia. Por ello, si ha llegado a experimentar más de dos convulsiones es importante que acuda a un especialista para que determine el tratamiento a seguir.

 

Epilepsia: ¿Qué puede provocar una convulsión?

La función normal del cerebro exige una descarga de impulsos eléctricos coordinados con el fin de comunicarse con la médula espinal, nervios y músculos del cuerpo. Cuando dicha actividad eléctrica se ve alterada, se produce un trastorno convulsivo. Este “ataque” hace que la persona se desplome y viva episodios de conmoción o alguna otra anomalía temporal en el funcionamiento de su cerebro, como puede ser la pérdida de la conciencia, cambios en la conducta, pérdida del control de sus movimientos o, hasta, modificación de sus sentimientos. Así que, si ha llegado a experimentar dos o más convulsiones, o estas son recurrentes, deberá acudir a un especialista para que determine el tratamiento para la epilepsia ideal para su caso.

 

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Ahora bien, según estudios, se han determinado 2 tipos de convulsiones dependiendo su intensidad y la zona del cerebro donde se presentan, pues estas tienden a durar entre 30 y 120 segundos. Así que cuando se sufra una convulsión que supere los 5 minutos, deberá considerar el episodio como una emergencia médica que requiere algo más allá de un tratamiento para la epilepsia.

 

Los dos tipos de convulsiones son:

 

Epilépticas:

Al parecer no tienen una causa determinante, así que ocurren de manera repentina. Son conocidas como epilepsia o crisis epilépticas.

No epilépticas:

Se producen a partir de una enfermedad o traumatismo que ha irritado el cerebro. Cuando se presenta en niños, suele ser a raíz de episodios de fiebre, que produce una crisis denominada convulsión febril.

 

¿Qué puede provocar una convulsión?

 

Este trastorno puede ligarse a traumatismos cerrados en la cabeza, infecciones en el cerebro (como la meningitis), puede presentarse tras un accidente cerebrovascular, un tumor o por alguna otra enfermedad, incluso, tras la interrupción repentina del consumo de alcohol (abstinencia). Sin embargo, aún no ha sido posible determinar una causa precisa que provoque las convulsiones en adultos.

 

En la mayoría de las ocasiones, los médicos se enfocan en los síntomas de cada crisis, junto con encefalogramas y análisis de sangre, que pueden especificar la zona del cerebro que sufrió el ataque, para así proceder con la selección de un tratamiento para la epilepsia efectivo.

 

En niños menores de 2 años, se han establecido algunas causas que provocan las convulsiones como fiebre, altos niveles de glucosa en la sangre, altos niveles de calcio, de vitamina B6, magnesio o sodio; pero, en cuanto pasa la fiebre las convulsiones se detienen. Si estas concurren, puede ser a causa de una lesión al momento del parto, por un defecto congénito, alguna alteración metabólica o un trastorno cerebral hereditario.

 

A la hora de buscar un tratamiento para la epilepsia, debe tener en cuenta que identificar los síntomas ayudará al especialista a determinar el tratamiento indicado.

 

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Evitar lesiones que irriten al cerebro o modifiquen los niveles de oxigeno en sangre, ayudará a disminuir la probabilidad de que estas se presenten. Además, quienes sufren de un trastorno convulsivo tienen una mayor probabilidad de tener una crisis, al someterse a estrés físico y emocional, o tras episodios de falta de sueño, intoxicaciones o de abstinencia de alcohol.

 

Si desea más información sobre el tratamiento para la epilepsia, contáctenos para ayudarle a tener una mejor calidad de vida.

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