Se entiende por problemas del lenguaje el momento en que una persona no tiene las capacidades normales para utilizar el habla o comunicarse efectivamente con otras personas. Se pueden tener problemas con los sonidos que se emiten, dificultando el entendimiento de quien recibe la información, o a la inversa, siendo el problema la falta de entendimiento de lo que los otros dicen. El lenguaje es de gran relevancia para el ser humano, ya que se trata de un componente básico de la evolución sin el cual resultaría imposible vivir en sociedad.
Del mismo modo, el desarrollo lingüístico desempeña un papel muy importante para el aspecto intelectual, puesto que desde tiempos inmemoriales la educación ha pasado de una a otra persona a través del lenguaje. Así, la incapacidad para formar palabras o para emitir los sonidos correctos al hablar puede generar en un niño en desarrollo faltas importantes en su desarrollo mental, pudiendo producir además aislamiento y problemas en el aprendizaje.
Los problemas del lenguaje deben detectarlos especialistas en el área de la salud que vinculen al paciente a una terapia del habla adecuada para el manejo y tratamiento del mismo, buscando siempre mejorar la calidad en la comunicación y de la mano, mejorar la calidad de vida de quien sufre el problema. Por lo general este tipo de dificultades se da en niños, y tiene que ser categorizada de acuerdo a su edad, ya que algunos tipos de trastornos tienen síntomas en diferentes periodos de desarrollo del infante.
Los trastornos fonológicos
Los problemas con el lenguaje vienen dados por los trastornos del lenguaje o trastornos fonológicos, de los que forman parte el tono, el contexto y la fluidez además de los gestos y la mímica.
Existe una amplia gama de trastornos del lenguaje que ya han sido bien definidos por especialistas de la salud. Entre estos se encuentran el TEL o Trastorno Especifico del Lenguaje, la dislalia funcional, la disartria, el trastorno de la fluidez o disfemia, la disglosia, trastornos del tipo comunicación social, la dislexia y alexia, las afasias y las disfasias, la disgrafia y agrafia, la glosolalia, la hiperlexia, trastornos de la mímica, entre otros más. Todos estos se distinguen por las dificultades específicas que presentan, que van desde dificultades en la comprensión del lenguaje, haciendo modificaciones en la gramática de lo que se desea hablar, hasta escribir o comprender. Para términos prácticos, se les complica el darse a entender de manera efectiva.
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Se producen debido a problemas orgánicos, que pueden ser daños neurológicos como alteraciones neuronales, y también por daños físicos, como alteraciones en las articulaciones o en los nervios que favorecen los movimientos para la gesticulación del habla, lo que se definiría como causas endocrinas. También aquellos factores que rodean a la persona en desarrollo, tales como el ambiente, y finalmente, uno de los más estudiados en la actualidad: las causas psicosomáticas que intervienen en el cómo se ve afectado nuestro pensamiento y, por lo tanto, se refleja en la manera en que nos dirigimos a los demás pudiéndose llegar a formar un trastorno.
Todo esto tiene un origen, el cual puede ser clasificado en congénito, hereditario, perinatal o postnatal, según sea el caso, y será determinado por el profesional de la salud quien decidirá si es de importancia el conocimiento de esta información.
Los problemas del lenguaje son un reto para el especialista, ya que estos también pueden irse desarrollando durante el crecimiento del niño, volviéndose más complejos si no son detectados de manera temprana y tratados a tiempo. Existen clínicas dedicadas a ofrecer servicio de terapias para diferentes trastornos, incluyendo los del lenguaje.