Valoración del Desarrollo

TRATAMIENTO PARA EL TDAH

Con la intervención temprana de un Neurólogo pediatra, podemos llevar a cabo una valoración del desarrollo para descubrir principios de TDAH, problemas del lenguaje o tratar cualquier anomalía

Según Jean Piaget, Los niños, durante sus distintas etapas de desarrollo, pasar por cuatro periodos de desarrollo muy característicos.

  • Etapa sensotiomorota: La primera etapa, la cual es experimentada durante los dos primeros años de vida del menor, es caracterizada por el reconocimiento de la “permanencia del objeto” por medio de sus sentidos y capacidades motoras. El niño se mueve, toca, observa, prueba y sostiene objetos para comprenderlos.El neurólogo pediatra le recomienda a los padres que interactúe con su hijo con juegos como el de esconder el rostro detrás de las manos y retirarlas para “reaparecer” el niño comprende, entonces, que aunque sus sentidos no perciban algo, el elemento aún existe.
  • Etapa preoperacional: Esta segunda etapa se extiende desde los dos hasta los siete años del niño, y está catalogada como el periodo del egocentrismo. En ella, los niños comprenden el mundo desde su propio punto de vista. Creen que todas las personas, animales y objetos, tienen su misma manera de percibir el entorno y, por ese motivo, es natural ver al pequeño jugando y hablando con objetos inanimados, como sus juguetes y alimentos.Claro, el niño percibe las cualidades más significativas de los objetos, como que el tren hace “choo-choo” o que la vaca hace “moo”, pero es importante enseñarle que el verdadero nombre del “Choo-choo” es Tren, o que la “Moo” se llama Vaca. Ello con el fin de motivar la dicción, el reconocimiento de los elementos y evitar los problemas del lenguaje.Según los neurólogos pediatras más especializados, los ejercicios de “cambio de forma” de los objetos son una excelente manera de demostrarle al pequeño la lógica detrás del movimiento, procedimientos y la forma. Actividades como pasar un líquido de un recipiente gordo a uno más delgado resultan útiles para demostrarle al chiquillo dicho principio.Adicionalmente, la imitación se vuelve uno de los elementos comunicacionales más útiles y recurrentes para el comportamiento del niño. Evidenciando comportamientos típicos como utilizar los zapatos de la mamá o el papá o utilizar aprender una palabra nueva, lo demuestran. Dicha conducta también puede ser utilizada en pro del desarrollo del menor, para enseñarle lo que está bien y lo que no, mientras que, paralelamente, se refuerzan las bases del comportamiento para tratar el tdah y otros males.

 

  • Etapa de las operaciones concretas: El niño deja de percibir el mundo de manera intuitiva, y se convierte en un ser racional. Esta etapa perdura desde los siete años hasta los once, aprendiendo conceptos como la agrupación de elementos con similitudes a pesar de contar con ciertas diferencias. Un gato negro y un gato blanco pertenecen al mismo conjunto de gatos, pues ambos, en efecto, lo son pese a su color, o que, por ejemplo, el pingüino pertenece a un grupo mayor de aves.Otro aspecto que resaltan los neurólogos pediatras, es que durante la etapa escolar, el niño deja de lado su pensamiento egocéntrico, para empezar a comprender cómo funciona él dentro de una sociedad, y a comunicarse según el entorno. En algunos casos, la pena y el miedo se puede apoderar del pequeño, pero es fundamental motivarle a que exprese sus necesidades para evitar problemas avanzados del lenguaje.Otra particularidad de esta etapa, es que el concepto de “lo abstracto” aún no se consolida en la mente del niño, haciendo que le resulte místico la idea de los elementos que existen pese a que sus sentidos no los hayan percibido.

 

  • Etapa de las operaciones formales: Desde los doce años en adelante, el individuo comprende lo abstracto y desarrolla la habilidad para hipotetizar.Durante esta última etapa, el niño ha aprendido sobre la variabilidad temporal, comprendiendo perfectamente el concepto de pasado y futuro, fuera del presente. Pueden sostener conversaciones, utilizar la lógica y hablar de cosas que, tal vez, nunca han percibido, al igual que la relación entre causa y efecto. En este punto los problemas del lenguaje que no fueron corregidos desde la edad temprana, se evidencian, pero del mismo modo se pueden desarrollar unos nuevos, así que, según el neurólogo pediatra, es importante el acompañamiento y la comunicación constante con los hijos durante esta importante etapa, y así descubrir, evitar y/o tratar toda afectación del desarrollo.
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