Se define como parálisis facial, a la pérdida total o parcial de movimiento en los músculos de la cara. Regularmente sus efectos son temporales y en contadas personas se sufre parálisis de manera permanente.
También se le llama parálisis de Bell, en honor al cirujano escocés Sir Charles Bell, que describió por primera vez este síntoma. Esto sucede cuando el nervio séptimo par craneal, que controla el movimiento de los músculos faciales se ve afectado por alguna razón, provocando una parálisis en uno o los dos lados del rostro.
Este tipo de afección la sufren tanto hombres, como mujeres y niños. Los adultos mayores de 65 años son más propensos a sufrir una. Respecto a los niños se han dado casos en menores de 13 años. También las personas con diabetes y mujeres embarazadas pueden sufrir este problema.
Síntomas de parálisis facial
En ocasiones hemos sentido en algún musculo de nuestra cara un breve hormigueo o el temblar de alguna zona de nuestro rostro de manera casi imperceptible y eso pudiera causar preocupación. Pero esto no necesariamente quiere decir que estamos sufriendo una parálisis. Entonces, ¿cómo saber si estamos o no sufriendo una parálisis facial? A continuación enlistamos algunos síntomas:
- Dificultad para hacer gestos. No podemos hacer movimientos normales como sonreír, cerrar los ojos, mover los labios, levantar las cejas, mover las mejillas, etc.
- Debilidad muscular. Perdemos fuerza muscular que va de menos a más, puede ser en un lado del rostro o los dos. La sensación va aumentando conforme pasan las horas y puede llevarse hasta días en desarrollarse la afectación por completo. Se llega a sentir que un lado de la cara se cuelga. Lo que comúnmente llamamos que “la cara se nos va de lado”.
- Disminución en la capacidad de mover la mandíbula o saborear los alimentos. Como el nervio facial que se daña o inflama se encarga de transmitir las señales del sentido del gusto, entonces se complica hacer algo tan normal como el disfrutar del sabor de la comida.
- Babear. Se dificulta controlar la cantidad de saliva y no se puede evitar que salga por un lado de la boca.
- Dolor en la mandíbula o en la parte trasera de la oreja del lado donde está sufriendo la parálisis.
- Lagrimeo anormal en uno de los ojos.
- El oído del lado afectado se vuelve muy sensible al sonido.
- Dolor de cabeza intenso.
Aún no se puede afirmar de manera exacta qué produce la parálisis en el rostro. Las causas más comunes son por inflamación del nervio facial, consecuencias de un daño cerebrovascular e inclusive puede ser el reflejo de un nivel de estrés muy alto.
También te va interesar: Parálisis facial: ¿por qué se causa y cómo se recupera?
Además, podemos mencionar otras causas más complejas que también provocan inmovilidad en los músculos faciales. Se han relacionado ciertas infecciones de virus y bacterias con la parálisis. Como ejemplo, podemos mencionar la enfermedad de Lyme, meningitis viral y herpes simple, entre otras.
¿Existe un tratamiento?
Es lo primero que nos preguntamos cuando nos sucede esto. En los casos donde es una parálisis no grave, el tiempo de recuperación puede ser desde uno hasta seis meses. Los síntomas usualmente desaparecen en ese lapso.
Pero, como cada caso es distinto, los tratamientos necesarios se determinan evaluando detenidamente al paciente. Existen tratamientos orales, como los desinflamatorios del sistema nervioso y terapias físicas que ayudan a recuperar la movilidad de los músculos.
Independientemente del nivel de gravedad, siempre es recomendable que en los primeros indicios o sospechas de sufrir una parálisis facial, consulte inmediatamente a su médico de cabecera o de confianza. Si percibe entumecimiento prolongado en su rostro o dolor de cabeza muy intenso, acuda al hospital lo antes posible.