¿Sabes que existen diferentes razones por las que una persona puede desarrollar o padecer alguna forma de trastorno del habla y del lenguaje? Estudios estiman que hasta el seis por ciento de los niños presenta este problema y que el tratamiento temprano favorece la posibilidad de mejora a través de una terapia del lenguaje.
En la vida adulta, los trastornos del habla y el lenguaje se pueden producir por accidentes cerebrovasculares, lesiones por golpes, tumores y meningitis; y en algunas ocasiones como efecto posterior a operaciones cerebrales. En estos casos, acceder también lo más pronto a una terapia permitirá a tu paciente rehabilitarse y reinsertarse a su vida cotidiana.
Es importante que sepas distinguir los trastornos del lenguaje de los trastornos del habla. Los primeros tienen que ver más con la formulación de ideas a través de la palabra, y los segundos por errores evidentes y frecuentes en la emisión de sonidos.
¿Qué dicen los expertos?
De acuerdo con Cameron Sellars, investigador de la Enfermería Real de Glasgow, Escocia, y uno de los más reconocidos expertos en estudios del lenguaje; las afecciones del habla pueden tener repercusiones importantes en el desarrollo de las personas que las padecen, incluyendo problemas en el rendimiento escolar, la socialización y las emociones.
Actualmente existen diferentes tratamientos para resolver problemas del lenguaje, que pueden ir desde ejercicios sencillos para fortalecer los músculos involucrados en el acto de hablar y comer, hasta el uso de tecnología avanzada, como la realidad virtual.
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La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición, clasifica cuatro formas de trastorno del habla: los relacionados con la fluidez en la enunciación de las palabras, las dificultades en la articulación de los sonidos de las silabas, los problemas de voz y las relacionadas con el acto de comer, conocidas estas últimas como disfagia oral.
Los terapeutas suelen recomendar el tratamiento cuando se presentan problemas de audición, problemas cognitivos, musculatura oral debilitada, autismo, labio leporino, autismo o problemas motores por efecto de alguna discapacidad intelectual o motora.
La terapia del lenguaje y del habla se trabaja individualmente o en pequeños grupos, y pueden variar en intensidad y duración según las necesidades de los pacientes y las estrategias del terapeuta. Durante la terapia, el especialista puede intervenir directamente en los comportamientos del habla del paciente o enseñarle a adaptarse al entorno lingüístico; generalmente los terapeutas ofrecen recomendaciones a los padres y profesores o a cuidadores, en el caso de personas mayores.
Tanto en la escuela como en el hogar y el círculo cercano, es importante que se generen entornos inclusivos que favorezcan el proceso terapéutico. Así como el que los padres actúen lo más pronto posible al detectar en sus hijos dificultades de habla, ya que se ha comprobado que estas tienen mayor probabilidad de solución si se comienza la terapia antes de los tres años de edad.
Recuerda que la buena disposición de ánimo ante una persona que presenta dificultades de habla, y particularmente si perteneces la entorno cercano, puede favorecer su equilibrio emocional, mejorar la comunicación interpersonal y grupal con ella y, por consecuencia, favorecer también el éxito de la terapia.
En conclusión
La Clínica Mayo recomienda favorecer la expresión de ideas sin corregir errores, así como no adelantarse al paciente en sus esfuerzos por terminar las frases que quiere decir. Procura ver a los ojos a tu paciente mientras habla, y trata de reducir las distracciones del ambiente en el que sucede la conversación; asimismo, intenta exponer tus dudas si no entiendes lo que dice.
Si el paciente percibe el apoyo de sus seres queridos y todos siguen con disciplina las recomendaciones del especialista así como las indicaciones en la terapia, seguramente corregirá su problema.