La parálisis facial es una afección crónica que consiste en la pérdida total o parcial del movimiento voluntario. Esto afecta un importante grupo de músculos del rostro. A simple vista, puedes apreciarla como una asimetría de las facciones, dificultad para levantar una de las cejas, sonreír, cerrar el ojo o pueden aparecer causar problemas del habla.
Aspectos que determinan el tratamiento de una parálisis facial
El tratamiento para hacer frente a esta afectación neurológica es multidisciplinario, por lo que requieres del trabajo en conjunto de cirujanos plásticos, otorrinolaringólogos, neurocirujanos, neurofisiólogos, fisioterapeutas, oftalmólogos, genetistas. De acuerdo con el doctor Luis Lassaletta del Hospital Universitario La Paz en Madrid, quien debería coordinar el tratamiento de una parálisis facial es el otorrinolaringólogo.
Aspectos a considerar
Antes de elegir el tratamiento para la parálisis facial, te contamos que es fundamental determinar el tipo de parálisis y cuáles son sus causas. De acuerdo con el médico Bernardo Hontanilla de la Clínica Universidad de Navarra, se debe tener en cuenta lo siguiente.
1. Tipo de parálisis: periférica o central.
2. Sus causas: si no tiene causa aparente, es probable que se trate de una parálisis de Bell. Entre los desencadenantes internos están los tumores, infartos o malformaciones cerebrales. Asimismo, los traumatismos en la cabeza, algunas enfermedades metabólicas o infecciones víricas y bacterianas pueden ocasionarla.
3.- La zona afectada: si hay un daño total o parcial en el rostro.
4. La intensidad: la clasificación de House Brackmann determina los grados de disfunción, de leve a parálisis total.
5. La duración: una parálisis suele aparecer después de unas horas y puede empeorar en las 24/48 horas siguientes. Por ello es muy importante que acudas al médico apenas se experimenten los síntomas.
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Tratamiento conservador y tratamiento quirúrgico
Una vez determinado el tipo de parálisis y su causa, puede procederse de dos formas: mediante un tratamiento conservador o tratamiento quirúrgico. En ocasiones, será a partir del tratamiento conservador que se te derive a cirugía.
Parámetros a seguir
Los tratamientos varían en función del cuadro clínico y la etiología.
1. Si la parálisis fue ocasionada por un traumatismo, el tratamiento debe ser con corticoesteroides.
2. Si el origen fue una enfermedad vírica o bacteriana, es necesario el uso de antivirales o antibióticos.
3. Si la parálisis te afectó el ojo, es necesario llevar el tratamiento en conjunto con un oftalmólogo. Es importante que protejas el ojo con lentes de sol, gotas para la resequedad y parches para cubrirlo durante el sueño.
4. Una vez contrarrestada la causa, hay dos escenarios que pueden ocurrir dependiendo de la gravedad de la lesión: fisioterapia o cirugía.
¿Cuándo recurrir a un tratamiento quirúrgico y en qué consiste?
Se debe recurrir a la cirugía si el tratamiento conservador no funciona y el nervio aún se encuentra dañado. Existen dos tipos de técnicas de reconstrucción:
1. Estáticas
Su objetivo es mejorar la apariencia física a través de la suspensión natural de la cara. Por ejemplo, para que logres cerrar el párpado, se utiliza una pesa de oro; mientras que para el resto de los tejidos, se utilizan tendones del paciente para simular el aspecto del lado sano.
2. Dinámicas
Tienen como misión lograr que muevas el rostro y recuperes la sonrisa. Dos técnicas comunes son la transferencia de nervios faciales y el trasplante muscular.
En la mayoría de los casos se consigue la recuperación total en un periodo de 4-6 semanas, especialmente en la parálisis espontánea o de Bell. Sin embargo, es necesario que acudas a rehabilitación para una recuperación más rápida e integral.