La apnea del sueño es una enfermedad o trastorno que aparece durante las horas del sueño. La hora del sueño es uno de los momentos más importantes del día, ya que es necesario para recargar las energías que consumimos durante la vigilia.
Sin embargo, existe diferentes afecciones del sueño que hacen que esta actividad de descanso y recarga de energía se complique, llevando a cuadros médicos que requieren un tratamiento especializado.
Veamos a continuación, que tipos de apneas del sueño existen:
Apnea obstructiva del sueño: Es la más frecuente, se debe a una oclusión en la vía respiratoria. Sucede mientras el paciente duerme, ya que al estar acostado las partes blandas de la garganta se mueven hacia atrás, cerrando las vías respiratorias. Esto produce que el paciente se despierte frecuentemente de maneras rápidas, haciendo que no recuerde estas interrupciones al despertar.
Apnea del sueño central: En este tipo el cerebro deja de enviar señales a los músculos que controlan la respiración, dejando de funcionar. En este caso las vías respiratorias permanecen abiertas, pero como los músculos respiratorios permanecen inactivos, se produce un cese en el flujo respiratorio. En este caso la persona también se despierta por la falta de oxígeno en la sangre.
Apnea del sueño mixta: Este tipo de apnea comienza con la apnea central y con el tiempo se convierte en apnea obstructiva.
La apnea del sueño es una enfermedad de difícil diagnóstico, puesto que sus síntomas son similares a los síntomas de otras enfermedades. Por ello, más allá de identificar las causas podemos hablar de los factores de riesgo que nos pueden llevar a padecer la enfermedad.
Factores de riesgo asociados a la apnea del sueño
La apnea del sueño puede presentarse en cualquier persona, incluso en la población infantil. Sin embargo, determinados factores incrementan el riesgo de sufrir la enfermedad. Veamos a continuación, los factores de riesgo:
Factores de riesgo para la apnea obstructiva del sueño
- Exceso de peso: La obesidad aumenta el riesgo de padecer la dolencia, ya que los depósitos de grasa alrededor de las vías superiores pueden impedir el flujo de aire y obstruir la respiración.
- Circunferencia del cuello: Las personas con cuellos más gruesos tienden a tener vías de respiración más estrechas.
- Vías respiratorias estrechas: Las gargantas estrechas vienen por herencia genética y algunas veces también, las amígdalas se inflaman y dificultan el flujo de la respiración.
- Género: Los hombres son tres veces más propensos de padecerlas respecto a las mujeres. Pese a ello, las mujeres con obesidad tienen altas probabilidades de padecerlas y también las mujeres en la etapa de la menopausia.
- La edad: Esta enfermedad es más común en las personas mayores.
- Genética: Si algún familiar tiene la enfermedad, es probable que podamos tenerla también.
- Consumo de alcohol, sedantes y tranquilizantes: Estas sustancias relajan los músculos de la garganta, produciendo un empeoramiento en el funcionamiento de las vías respiratorias.
- Tabaquismo: Las personas que fuman tienen tres veces más riesgo de padecerla que los no fumadores. El tabaco aumenta la retención de líquidos en las vías respiratorias.
- Congestión nasal: La dificultad para respirar por la nariz, ya sea producto de alergias o malformaciones aumenta el riesgo de sufrir apnea del sueño.
Apnea central del sueño
- La edad: Las personas de mediana edad tienen un mayor riesgo de sufrir la enfermedad.
- Trastornos cardiacos: Tener insuficiencia cardiaca aumenta el riesgo.
- Analgésicos narcóticos: Los medicamentos opioides, especialmente los de acción prolongada aumentan el riesgo de padecer la enfermedad.
- Accidentes cerebrovasculares: Haber tenido un accidente cerebrovascular aumenta el riesgo.
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Por último, no olvides que el sueño es muy importante para los seres humanos, siendo una necesidad básica y un estado de mucho cuidado, puesto que es cuando detenemos el desgaste físico y mental del que hacemos uso en nuestras actividades diarias.
La consulta con un especialista es necesaria para que evitemos incurrir en un problema de salud grave que nos puede llevar a sufrir las siguientes molestias:
- Fatiga durante el día.
- Presión arterial alta o problemas cardíacos.
- Diabetes tipo 2.
- Síndrome metabólico.
- Complicaciones con medicamentos.
- Complicaciones quirúrgicas.
- Problemas hepáticos.
- Molestia en el sueño de familiares.